Llanto y Dolor en Sepultura de Pirotécnico Monsefuano

A las frases de: ¡Adiós amigo Pancho!, ¡Sólo nos llevas la delantera!, fueron sepultados la tarde de ayer los restos del pirotécnico Juan Francisco Garnique Chumioque (53) quien muriera el sábado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Las Mercedes tras 72 horas de penosa agonía.
La víctima sufrió quemaduras de tercer grado en el 99 por ciento de su cuerpo tras la explosión de su taller de pirotécnia, ocurrido la tarde del último miércoles en el sector El Palmo, en el distrito de Monsefú.
La víctima y su hermano Manuel Garnique Chumioque (38), quien falleciera la mañana del jueves pasado víctima de quemaduras en casi el 100 por ciento de su cuerpo; su hijo Edgar Garnique Uypán (26) y ayudante Limber Pisfil Gonzales (25), que se encuentran internados en el hospital reponiéndose también de quemaduras en brazos, rostro y partes de su cuerpo, preparaban bombardas y detonantes para ser utilizados la noche de apertura del Fexticum.
El taller de pirotecnia de Juan Francisco Garnique había sido contratado por la municipalidad de Monsefú para preparar los fuegos artificiales que serían usados durante los días del Fexticum, pero el destino les jugó una mala pasada.
Los restos de “Don Pancho”, así era como lo conocían en la Ciudad de las Flores, salieron en hombros de sus amigos y familiares con dirección al cementerio Jesús Nazareno Cautivo, del distrito de Monsefú. En el lugar su familia protagonizó dramáticas escenas de dolor.