Escribe: Luis A. Castro
Cuando estaba a punto de iniciar mis actividades cotidianas, la comunicación internacional de un amigo me alertó de la presencia de la alcaldesa de Monsefú y su primer regidor en un programa de “Radio San Juan” para hablar sobre el tema de moda, seguridad ciudadana. Entonces me conecté vía internet con esa emisora y… ¡Oh milagro! , lo conseguí, pude escuchar unos cuarenta minutos de esa entrevista radial y confirmé algo que es un pregón popular: carecemos de autoridades preparadas y con liderazgo, y que no se puede disfrazar la improvisación con un poco de entusiasmo.
La alcaldesa se mostró como una estadista, se vendió como una autoridad conocedora de la administración municipal y una erudita de los reglamentos de la Ley 27933 que tipifica los pormenores de la Seguridad Ciudadana en el país. Pretendió dar cátedra de lo que acontece con la violencia en todo el territorio nacional y de esa forma, minimizar lo que ocurre en nuestra querida tierra.
Por su parte, el regidor y teniente alcalde José Puicón, que días antes propulsó un conversatorio para estimular el nacimiento de una policía privada, destapó sus falencias y se comportó como un “niño malcriado”, una personita que es abogado de profesión, pero que debe aprender a ser tolerante y manejarse con mayor criterio.No puede estar amenazando con retirarse de la cabina radial en reiteradas ocasiones.
Un día antes, estuve dialogando con muchos amigos monsefuanos y me afirmaron que me había quedado corto con esa relación de robos y atracos a mano armada que revelé en mi anterior entrega, que ahora hay violaciones a indefensas mujeres, que existen diariamente llamadas telefónicas a propietarios de pequeños negocios, a quienes se les extorsiona con sumas dinero a cambio de su tranquilidad, que el miedo se ha generalizado como una oscura capa grisácea y que incluso a humildes campesinos les queman sus cosechas si éstos no pagan “cupos”.
Y entonces la preguntan es… ¿existen policías en Monsefú?. Por supuesto que sí, unos hacen su trabajo, capturan criminales y las autoridades judiciales se encargan de bajarles la moral al dar libertad en un abrir y cerrar de ojos a los mozalbetes. Otros policías sí están involucrados en la corrupción y para mala suerte tienen como jefe al mayor PNP Hubert Carhuaz, quien lejos de hacer su trabajo se dedica a enamorar jovencitas y asegurar que los periodistas son “sensacionalistas “ y escandalosos.
Durante la entrevista, que no pude escucharla en su totalidad, discerní además que nuestra alcaldesa piensa que el tema de Seguridad Ciudadana tiene una solución a mediano plazo, como si ella no hubiera vivido en carne propia la presencia de criminales armados alrededor de su casa. Y su regidor, su enemigo declarado, opacó su pasión por Monsefú con esa vehemencia propia de su inexperiencia. Tocar el tema del Fexticum con Felipe Vallejos es ,señor Puicón, harina de otro costal ,usted perdió un invalorable tiempo para demostrar que su afán de acabar con la violencia solo son fogonazos de pasión. Pero lo felicito por iniciar un camino tedioso, lleno de espinas y escabroso, que muchos dicen apoyar, pero que amainan cuando se trata de poner el pecho por Monsefú.
Toca hacer un comentario sobre la presencia de empleados ediles en el seno de la emisora radial. Tal vez era la fanfarria de la señora Rita Ayasta, pero eso,alcaldesa, es inadmisible. Aparentemente ella tuvo un encuentro no feliz con el periodista Erwin Huertas porque él no es proclive a sus encantos y empezó la entrevista sesgada, casi a punto de llorar.
Usted señora alcaldesa, pidió, rogó a la ciudadanía involucrarse en los problemas de la ciudad. Y yo le ruego de todo corazón sacarse la careta de la hipocresía y la altanería. Así como solicitó que “la prensa juegue un papel importantísimo” contra la violencia, también le insto a mostrar su liderazgo para apagar el fuego de la violencia.
Señora Rita, la violencia no es para mañana…es para hoy. Por favor entienda que no puede jugar con cálculos políticos, la criminalidad existe, el miedo cunde y es más que cualquier otra mediática obra que quiera cumplir. Pida ayuda, reúnase con ex alcaldes y tome con cordura los sanos consejos. Estoy a su disposición si lo cree conveniente. Monsefú está por encima de cualquier discrepancia.
No sé donde están los Bartra, no entiendo porqué no aparece mi buen amigo Angel Pejerrey, desdeño la pasividad de los dirigentes del club social “Monsefú” de los residentes en Lima, me apena la escasa presencia de muchos declarados monsefuanos, pareciera como que la inanición ha hecho mella. Si no hacemos algo y urgente, vamos a terminar en manos de la criminalidad. Mi agradecimiento a los periodistas –ellos saben quienes son- por ser portavoces de un pueblo que no tiene voz, de ese pueblo que al mismo tiempo tiene que ser más coherente con la solución de sus propios problemas.
Me despido con una frase de la alemana Ruth Renkel: “ Nunca temas a las sombras. Sólo constituyen el indicio de que en algún lugar cercano hay una luz resplandeciente”.
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