Desde medianos del 2004 hasta fines del 2006, por cuestiones de trabajo – investigar la posible infiltración de las FARC en nuestro territorio - , conocí numerosas comunidades nativas ubicadas a lo largo de los ríos Putumayo, Amazonas, Yavari, Napo entre otros, en el departamento de Loreto. Dos cosas pude comprobar; que son pueblos con ciudadanos con un alto sentido patriótico envidiable y poseer una actitud pacífica y amistosa no obstante del notorio y penoso abandono en que se encuentran por parte del Estado. La ausencia de la atención médica y la pobrísima educación, son quizás los factores que mas necesitan ser atendidos. Sin embargo, el amor por la naturaleza ha hecho que estos ciudadanos hombres y mujeres, permanezcan en ellos, rodeados de una inmensa riqueza que cualquier país desarrollado quisiera tener.
Pero hay algo más que como peruanos, debemos conocer para ir comprendiendo los actuales sucesos de la selva. Los incas, españoles y terroristas - Sendero Luminoso y el MRTA – nunca pudieron someterlos, lo que significa que ellos siempre van a querer sentirse libres y defender su territorio ante cualquier amenaza. Estas comunidades nativas al igual que las andinas e indígenas, han sido según la historia, habitantes naturales y originales de nuestro actual territorio patrio, sin embargo, podemos constatar que son las que menos han sido favorecidas por lo gobiernos y no entendidas por las otras clases sociales de nuestro país, e incluso calificándolas irresponsablemente como ciudadanos de segunda categoría.
No basta con haber derogado los decretos que ellos exigían, por que si bien es cierto, fueron los motivos de sus ultimas demandas, en el fondo del asunto existen un grave tema que aun no se ha resuelto, que es la exclusión y marginación en la que han vivido por ciclos diría yó. Recién luego de los hechos, se escucha que abren espacios de dialogo y de concertación, y eso es algo que siempre debió existir; hoy en día debemos agregarle algo mas a ello, y comenzar una agresiva política de inclusión social y repartir en las clases mas pobres la riquezas que hoy el país tiene para no volver a lamentar hechos como Bagua y vivir en un país donde se respete y se conserve la identidad de sus pueblos como el valor mas apreciado por todos nosotros.
Como Monsefuanos, estos sucesos de la selva nos debe dar una oportunidad para hacer del FEXTICUM, la mejor expresión de lo nuestro en el norte del país, demostrando que no obstante del avance de la modernidad, conservamos, respectamos y difundimos nuestras ancestrales costumbres y tradiciones, convirtiendo todo ello en un potencial de turismo vivencial para el desarrollo de nuestro pueblo y ejemplo de los demás vecinos, dando una muestra de inclusión social a todos los peruanos. La pregunta es entonces; ¿los Monsefuanos, hemos hecho del FEXTICUM un modelo de cómo se respeta y de difunde nuestra verdadera y ancestral identidad o simplemente lo hemos convertido en un evento de segunda categoría, sin avizorar el enorme valor que tiene, por descuido de nuestras autoridades y también de nosotros mismos? Así como los nativos e indígenas se sienten orgullosos de sus raíces, expresemos también todos nosotros ese mismo sentimiento, para sentirnos más monsefuano sin exclusión ni marginación social. Como dijo en alguna oportunidad don Alfredito Delgado “monsefuanisemos a monsefu”.
Pero hay algo más que como peruanos, debemos conocer para ir comprendiendo los actuales sucesos de la selva. Los incas, españoles y terroristas - Sendero Luminoso y el MRTA – nunca pudieron someterlos, lo que significa que ellos siempre van a querer sentirse libres y defender su territorio ante cualquier amenaza. Estas comunidades nativas al igual que las andinas e indígenas, han sido según la historia, habitantes naturales y originales de nuestro actual territorio patrio, sin embargo, podemos constatar que son las que menos han sido favorecidas por lo gobiernos y no entendidas por las otras clases sociales de nuestro país, e incluso calificándolas irresponsablemente como ciudadanos de segunda categoría.
No basta con haber derogado los decretos que ellos exigían, por que si bien es cierto, fueron los motivos de sus ultimas demandas, en el fondo del asunto existen un grave tema que aun no se ha resuelto, que es la exclusión y marginación en la que han vivido por ciclos diría yó. Recién luego de los hechos, se escucha que abren espacios de dialogo y de concertación, y eso es algo que siempre debió existir; hoy en día debemos agregarle algo mas a ello, y comenzar una agresiva política de inclusión social y repartir en las clases mas pobres la riquezas que hoy el país tiene para no volver a lamentar hechos como Bagua y vivir en un país donde se respete y se conserve la identidad de sus pueblos como el valor mas apreciado por todos nosotros.
Como Monsefuanos, estos sucesos de la selva nos debe dar una oportunidad para hacer del FEXTICUM, la mejor expresión de lo nuestro en el norte del país, demostrando que no obstante del avance de la modernidad, conservamos, respectamos y difundimos nuestras ancestrales costumbres y tradiciones, convirtiendo todo ello en un potencial de turismo vivencial para el desarrollo de nuestro pueblo y ejemplo de los demás vecinos, dando una muestra de inclusión social a todos los peruanos. La pregunta es entonces; ¿los Monsefuanos, hemos hecho del FEXTICUM un modelo de cómo se respeta y de difunde nuestra verdadera y ancestral identidad o simplemente lo hemos convertido en un evento de segunda categoría, sin avizorar el enorme valor que tiene, por descuido de nuestras autoridades y también de nosotros mismos? Así como los nativos e indígenas se sienten orgullosos de sus raíces, expresemos también todos nosotros ese mismo sentimiento, para sentirnos más monsefuano sin exclusión ni marginación social. Como dijo en alguna oportunidad don Alfredito Delgado “monsefuanisemos a monsefu”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario